Los peregrinos siguen el camino hacia Wirikuta, el principal lugar sagrado.
Los peregrinos salen del centro ceremonial para iniciar su travesía.
Antes de que existiera la luz, era un lugar en la oscuridad en la que vivían nuestros antepasados; ellos se fueron convirtiendo en cerros, montañas, plantas, rocas, cuevas, ríos, mares.
El Marakame que es el soñador, el guía, relata a través del canto el mensaje a los dioses. El fuego es quien se busca para que escuche el mensaje antes de entrar al lugar sagrado, porque al entrar implica mucho sacrificio. Para entrar con nuestras deidades.
Es así que la peregrinación a Wirikuta es para pedir bienestar del mundo y hallar a los dioses para encontrar vida. El abuelo fuego Tatewari, es el principal Dios que une los caminos; antes de que se fuera al inframundo lo salva el venado y lo trajo esta Tukipa donde los animales lo ofrendaron con el maíz y las flechas.
Gracias al fuego se puede entrar puro al lugar sagrado, principalmente después de entrar por las puertas de la purificación Tateimatiniere, Kauyumari, Cerro Quemado.